Dicen los expertos en economía que endeudarse para acometer inversiones no es malo porque lo normal es que se traduzca en un incremento de los beneficios. La fórmula, basada en la denominada teoría del apalancamiento financiero, la hicieron suya las administraciones públicas bajo el amparo de la bonanza económica, aunque ahora se puede volver en su contra. La caída de los ingresos ligados al urbanismo se ha convertido en un serio lastre para las arcas de los ayuntamientos, hasta el punto de que la gran mayoría tiene problemas para hacer frente a los préstamos que tienen concertados con las entidades financieras. En la provincia, 81 de los 101 municipios tienen capital pendiente de amortización con los bancos, con el matiz de que esta veintena de consistorios libres de cargas coincide prácticamente con las localidades más pequeñas del interior como Atajate, Cartajima, Salares, Júzcar o Yunquera. En total, la deuda viva de los ayuntamientos malagueños alcanza los 1.203 millones de euros, según los datos que maneja el Ministerio de Economía y Hacienda a 31 de diciembre de 2010.
Por población y capacidad inversora, lo lógico es que la capital encabece el ránking. Y así es, puesto que el Ayuntamiento de Málaga soporta el 60% del débito total. La estadística oficial situaba su deuda financiera en 743 millones, un montante que el último informe del Banco de España al cierre del primer trimestre del año ha rebajado hasta los 728. Pese a esta reducción en tiempo récord, sigue siendo el quinto consistorio más endeudado del país por detrás de Madrid (7.008 millones), Barcelona (1.102), Valencia (885) y Zaragoza (790). Además, desde el equipo de gobierno recalcan un apunte de gran calado, y es que, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de capitales españolas, el dato oficial incluye los créditos solicitados para la construcción de VPO, préstamos que ascienden a 140 millones y a los que posteriormente se subrogan los adjudicatarios de los pisos. Para acabar con esta disfunción, el Ayuntamiento puso en marcha a comienzos de año una sociedad municipal dedicada exclusivamente a la promoción de viviendas protegidas, por lo que los préstamos que se pidan para levantarlas dejarán de computar como propios del Consistorio, con lo que la deuda real que la capital mantiene con los bancos es de 590 millones.
Pese al respeto que desprenden estas grandes cifras, en el equipo de gobierno que encabeza Francisco de la Torre mantienen que «la situación financiera es buena sin matices», un argumento que se sostiene con el remanente positivo de tesorería en las arcas municipales, el pago a proveedores en menos de 70 días y el hecho de cumplir puntualmente con las obligaciones de pago a Hacienda y la Seguridad Social.
Otra razón de peso es que la ratio de solvencia municipal, que relaciona el activo total con la deuda, se sitúa en el 216,6%, lo que se traduce en que el patrimonio con el que cuenta el Ayuntamiento es 2,1 veces superior al dinero que debe. Además, según apuntan desde el gobierno municipal, la mayor parte del dinero destinado a inversiones procede de recursos propios, de forma que de cada euro invertido, solo 41 céntimos son financiados con préstamos.
Aunque no todo es positivo, ya que el de Málaga es uno de los pocos consistorios de la provincia que durante este año no pueden concertar operaciones de crédito a largo plazo para acometer nuevas inversiones debido a las limitaciones impuestas por el Gobierno para reducir el déficit de las administraciones públicas.
Sin respuesta ante la crisis
«El problema no es endeudarse para invertir, sino que ha llegado la crisis y prácticamente ninguna administración pública se ha adaptado a esa caída de los ingresos, por lo que ahora no tienen capacidad para responder a sus obligaciones de pago», asegura el secretario general del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, quien además incide en la merma que supone para los ayuntamiento tener que encargarse de prestaciones y servicios que corresponden a otras administraciones superiores.
En la misma tesitura de no poder solicitar préstamos bancarios se encuentran este año otras localidades como Alhaurín el Grande, Coín, Cútar y, sobre todo, Benalmádena, cuyo panorama resulta prácticamente insostenible al acumular una deuda financiera de 87 millones de euros, a los que hay que sumar una cifra similar pendiente de abonar a proveedores. «Estamos pagando las consecuencias de la desastrosa gestión de los gobiernos de derechas. Desde que en 1997 Enrique Bolín solicitó su primer crédito no ha dejado de aumentar la deuda», afirma el concejal de Economía, Manuel Arroyo. El lastre económico que soportan las arcas benalmadenses es tal que el déficit estructural (diferencia entre ingresos y gastos) es de 30 millones cada año, «por lo que la deuda sigue siendo imparable». «Nuestro objetivo es nivelar esa balanza, porque la situación es insostenible», recalca el edil socialista.
Menos incierto es el horizonte para el Ayuntamiento de Marbella. La segunda ciudad de la provincia acumulaba al cierre de 2010 capital pendiente de amortización por valor de 47,5 millones, seguida de cerca por Torremolinos, con 41,4. A partir de ahí, el nivel de endeudamiento con las entidades financieras es más moderado en el resto de grandes municipios, destacando los 31,6 millones de Vélez, los 28,3 de Mijas, los 27,9 de Rincón de la Victoria, los 25,7 de Estepona o los 23,9 de Fuengirola. En cuanto a las pequeñas localidades del interior, resulta llamativo el caso de Alozaina que con apenas 2.200 habitantes arrastra préstamos por 4,7 millones de euros, según los datos del Ministerio de Economía y Hacienda.
OPINION DE CxCOIN , y como es posible que no se hagan las auditorías y se depuren responsabilidades políticas y penales , que seguro que en muchos caso las hay , los ciudadan@s nos preguntamos como es posible que con la gran estructura funcionarial creada tengamos que informarnos por la prensa .