"El que a hierro mata a hierro muere", es un refrán medieval castellano que viene al caso; tanto meterme con los sevillanos, catalanes y vascos, por lo de la descompensación entre lo que ellos aportan al Estado y lo que aportamos los malagueños y hoy recibo un mensaje en el Facebook diciéndome que yo no soy malagueño.
A ver, alma de cántaro, que llevo veinticinco años comiendo, bebiendo, durmiendo y algo más en San Pedro Alcántara, que nosotros somos ciudadanos del Mundo y también somos de donde sufrimos y padecemos y que al menos soy de aquí cerca, andaluz y cordobés para más señas, pero de nacimiento, no de corazón.
Nuestro eslogan es "Málaga en el corazón" y para llevarla no hacen falta localismos baratos, ni salvapatrias, ni colorearlo de otro color que no sea el del sentido común y el del querer lo mejor para ti y para tu entorno. Por tanto, me considero malagueño.
Anoche estuvimos en Casarabonela con nuestra gente de allí y con nuestro amigo y compañero Paco Armada, su alcalde; agradezco su esfuerzo personal y el de Tachi, nuestra candidata también en el Congreso, entre otros. Una excelente reunión en la que aparecieron también compañeros y candidatos de Coín, Ojén y Ronda. Se nota que hay mucha inquietud ante las próximas generales.
Y ahora otro mensajito. Resulta que en el diario "Málaga Hoy" contesté las preguntas de los lectores a través de internet y salta uno, finalizado el evento, diciendo que " hay que ser tonto para decir que Málaga aporta más al PIB nacional que Sevilla, Bilbao o Alicante". En mi opinión, como respuesta, le digo que hay que ser tonto e ignorante para no irse a Google, teclear PIB y provincias que más aportan para no ver que Málaga es, en efecto, la quinta en el ranking. Es decir, la quinta que más aportamos, gracias al turismo todo hay que decirlo, y la décimo cuarta que recibe y la segunda en porcentaje de parados, que ya les vale a los políticos que tenemos.
La casta política que gestiona no sé qué, ya que los ciudadanos de a pie cada día tenemos menos que llevarnos a la boca. Me da que cuando las cosas van bien, los políticos al uso parecen buenos y cuando la cosa va mal parecen lo que son: unos inútiles que no es que no quieran sino que, desgraciadamente, no saben.
Miro una foto en el póster del PP, de Rajoy para más señas, y doy un respingo, si parece una aparición. Saben latín los asesores del pepero; el argumento es de libro, si la religión cristiana lleva dos mil años y funciona ¿cómo no vamos a utilizar nosotros los mismos recursos?, se dirán. Así que, ni cortos ni perezosos le han colocado justo detrás de la cabeza un aura mística que a Rajoy le sienta igual que a un Cristo dos pistolas. Seguimos en campaña.
Francisco Roldán, candidato de aCIMA xMALAGA al congreso de los Diputados.
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